A partir de Diciembre de 2014, los establecimientos relacionados con servicios de
comidas, deberán comunicar los alérgenos que incluyen sus platos.
Para ayudar a todas las personas alérgicas e intolerantes, la comunidad europea ha fijado que se informe de lo alérgenos
que contienen los alimentos tanto envasados como los que no lo están. Esto tendrá que establecerse a todos los niveles, es decir, los establecimientos con servicios de comida, deberán saber qué ingredientes componen sus platos para establecer los alérgenos y sustancias que provocan
intolerancias, además de fijar un sistema que impida que unos alimentos contaminen a otros.
El método utilizado hasta hoy de mostrar la frase “Puede contener trazas de…” no será admitido, ya que provocaría una consecuencia opuesta a la que se quiere. El exceso de dicha frase nombrando después
todos los alérgenos que hay que declarar es una costumbre muy común, y se realiza para preservar al que
produce el alimento de cualquier reclamación. Esto provocaría un efecto negativo en los alérgicos, debido a que acotaría la gama de
alimentos que pueden comer de una manera injustificada.
De esta manera, se hace imprescindible un plan de control de alérgenos: formación, sistema de almacenamiento, conocimiento de nuestros proveedores...
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