Siempre a principio de cada curso surge el mismo debate entorno a los uniformes escolares.
Los estudiantes de colegios privados y públicos reprochan el tener que ponerse un uniforme escolar. Objetan que desean poder llevar la ropa que ellos quieren, e incluso algunos manifiestan que es una manera de poder mostrar su forma de ser.
Por otro lado, muchos padres
optan a que se pongan el uniforme, ya que así ahorran en ropa y no hay discusiones en cuanto a vestir de una manera o de otra. Asimismo, ciertos padres y directores de colegios ven una forma de que no exista competencia en relación a las marcas.
Todo ello surge con la polémica de los uniformes escolares. Pero existe más: los estudiantes, sobre todo adolescentes, quieren imponer el criterio que ven en su círculo de amistades o en la propia televisión.
Los uniformes, ya sean uniformes de hostelería, uniformes de peluquería, médicos... Sirven para diferenciarse del resto.
Deberíamos plantearnos si las propias tiendas de ropa no nos incitan a llevar un "uniforme" como el que ellos quieren vender.